Federico Cantú 1907-1989
Proyecto Mural Patrimoine IMSS Centro Medico
Siglo XXI
Estarcido 1962
CYDT
Las enseñanzas de Quetzalcóatl quedaron
recogidas en ciertos documentos llamados Huehuetlahtolli (‘antiguas palabras’), transmitidos
por tradición oral y puestos por escrito por los primeros cronistas españoles.
Se han publicado traducciones parciales de los mismos.
Debido a que consideraban
que todo el Universo tiene una naturaleza dual o polar, los toltecas creían que
el Ser Supremo tiene una doble condición. Por un lado crea el mundo y por el
otro lo destruye. La función destructora de Quetzalcóatl recibió el nombre de Tezcatlipoca, “espejo negro que humea”,
cuya etimología es la siguiente: Tezcatl,
“espejo”, tliltic, “negro”, Poca, “humo”. Los informantes del padre Motolinía describieron a esta deidad del
siguiente modo: «Tezcatlipoca era el que sabía todos los pensamientos y estaba
en todo lugar y conocía los corazones; por eso le llamaban Moyocoya (ni), que quiere decir que es
Todopoderoso o que hace todas las cosas; y no le sabían pintar sino como aire.»
(Garibay, Á.
M.: Teogonía
e Historia de los Mexicanos)
Con un fin didáctico, el
mito acentuaba la contradicción entre Quetzalcóatl y Tezcatlipoca. Sin embargo,
su identidad esencial queda establecida en los códices y otros testimonios
gráficos, donde ambas deidades comparten los mismos atributos.
Los huehuetlatolli o huehuetlahtolli (significa en náhuatl: Los dichos de los antiguos) consistían en
extensos libros, que en forma de relato, describían las normas de
conducta, la visión moral, las celebraciones y las creencias
del pueblo de los Nahuas El objetivo era el de introducir a los jóvenes
a la religión y a las costumbres del pueblo Nahuas. Fueron
recopilados después de la conquista por fray Andrés de Olmos (una parte de
ellos fue incluido en su Arte ) y Bernardino de Sahagún (Libro VI) Parte de los manuscritos de Sahagún, en la
actualidad, se conservan en la Biblioteca
Nacional de México.
In the era following the 16th-century Spanish
conquest of the Aztec Empire, a number of sources were written that
conflate Quetzalcoatl with Ce Acatl
Topiltzin, a ruler of the mythico-historic city of Tollan. It is a matter of much debate among historians to
which degree, or whether at all, these narratives about this legendary Toltec ruler
describe historical events.[7] Furthermore,
early Spanish sources written by clerics tend to identify the god-ruler
Quetzalcoatl of these narratives with either Hernán Cortés or Thomas the
Apostle—an identification which is also a source of diversity of
opinions about the nature of Quetzalcoatl.
Among the Aztecs, whose beliefs are the best-documented in the
historical sources, Quetzalcoatl was related to gods of the wind, of the planet Venus, of the dawn, of merchants and of arts, crafts and
knowledge. He was also the patron god of the Aztec priesthood, of learning and
knowledge. Quetzalcoatl was one of several important gods in the Aztec pantheon, along with the gods Tlaloc, Tezcatlipoca and Huitzilopochtli. Two other gods
represented by the planet Venus are Quetzalcoatl's ally Tlaloc who is
the god of rain, and Quetzalcoatl's twin and psychopomp, who is named Xolotl.
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