JESÚS ANTE ANÁS Y CAIFÁS
Escuela Italiana , SIGLO XVIII
Óleo sobre leinzo.
Detalles de conservación y restauración. Reentelado.
114 x 124 cm
Colección de Arte Cantú Y de Teresa
José
ben Caifás o Yosef Bar Kayafa (en hebreo y arameo: יוסף בַּר קַיָּפָא Iosef ben Cayafás). Sumo Sacerdote judío, de la secta de los saduceos que vivió durante el reinado
del emperado Cesar Augusto Según las Escrituras canónicas
cristianas, fue uno de los líderes de la conspiración que logró la condena a
muerte de Jesús de Nazaret.
En el año 18 d. C. Caifás fue nombrado Sumo
Sacerdote por el procurador romano de Judea, Valerio Grato sustituyendo a Simon
ben Camithus. Casado con la hija del ex Sumo Sacerdote Anás, se mantuvo como máxima autoridad
religiosa judía durante toda la administración de Poncio Pilato, sucesor de Grato,
ocupando el cargo durante dieciocho años En el año 36 fue destituido por el
procurador Vitelio
Como saduceo, Caifás no creía en la resurrección de
los muertos, al contrario que los fariseos. Según el Evangelio de San Juan, las noticias
sobre una supuesta resurrección de Lázaro realizada por
Jesús alarmaron a los Sumos Sacerdotes, hasta el punto de que el Sanedrín (tribunal supremo de los
judíos) se reunió en una sesión extraordinaria, para decidir lo que harían con
Jesús. La reunión estuvo presidida
por Caifás, en calidad de Sumo Sacerdote en
funciones. No obstante, su suegro Anás, que mantenía una gran autoridad dentro
del tribunal, influyó notablemente en la resolución del caso. De esta reunión
salió la famosa frase de Caifás que plasma su pensamiento sobre Jesús:
"...conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la
nación".
Al anochecer, después de que Jesús fue arrestado, fue
llevado a la casa de Anás donde fue detenido, interrogado
y golpeado. Anás se lo entregó a Caifás, pero Caifás no tenía autoridad para
ordenar pena de muerte a nadie, por tanto llevó a Jesús ante Pilatos,
gobernante romano en Judea, para que decidiera su suerte.
Los romanos no realizaban ejecuciones basadas en
transgresiones a la ley judía, por tanto el cargo de blasfemia no tenía
validez para Pilatos. Pilatos, al saber que Jesús era de Galilea, jurisdicción de Herodes Antipas, lo remitió a
Herodes, que en aquellos días estaba en Jerusalén Pilatos habría
deseado que Herodes Antipas se encargara del caso, mientras que el Sanedrín
habría deseado que Pilatos se decidiera por la ejecución de Jesús. Herodes con
sus soldados menospreció a Jesús y se burló de él vistiéndolo con una ropa
espléndida como de reyes; y se lo regresó a Pilatos.
Después de la crucifixión de Jesús, Caifás continuó
persiguiendo a los primeros cristianos hasta su cese como máxima autoridad
religiosa en el año 36. En una ocasión llevó a los apóstoles ante los líderes
religiosos para advertirles de la prohibición de diseminar las enseñanzas de
Jesucristo. Aunque la Biblia no dice nada más de él, se cree que Caifás murió
asesinado, en la toma de Jerusalén por los romanos
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