sábado, 30 de abril de 2016

Eloise Harriet Stannard (English, 1828 - 1915)




ELOISE HARRIET STANNARD (INGLATERRA, 1829-1915)
CANASTA CON FLORES Y NIDO.



Óleo sobre tela.
Firmado y fechado "1871".
Detalles de conservación y estructura.
Dimensiones: 49 x 59 cm
Colección de Arte Cantú Y de Teresa
since about Victorian times (roughly 1837 on)




http://pintoras.tumblr.com/list-of-women-painters

Anna Huntington Stanley (American, 1864 - 1907)
Eloise Harriet Stannard (English, 1828 - 1915)
Lilian Stannard (British, 1877 - 1944)
Elisabeth Stechele-Maurer (German, b. 1885)




Eloise Harriet Stannard was a British painter who was born in 1829. Numerous works by the artist have been sold at auction, including 'Still life of fruit, a bullfinch and a butterfly; and Still life of fruit on a silver salver with a jug' sold at Christie's King Street 'British Pictures 1500-1850' in 2006 for $39,792. The artist died in 1914.


An oil painting by Eloise Stannard, one of the Norwich School of Painters, has been sold for £40,000.
The picture shows three pieces of the historic Norwich Civic Regalia Silver and was painted in 1869.
"This stunning picture is one of the best quality paintings we've handled in our 40 years," said Roy Murphy from Keys auction house in Aylsham.
The painting was sold to a private bidder but Keys has confirmed that it will remain in Norfolk.
E SF
The painting was sold by Roy Benton, one of five siblings to inherit the painting from their late father, also called Roy.
"Apparently Eloise Harriet Stannard could be seen walking down Elm Hill carrying pieces of the Regalia she was loaned to paint," said Roy Benton.
"These are some of the most important pieces of silver in the country. Norwich has one of the finest collections of civic regalia. It's extraordinary," he added.


Realism
The Norwich School of Painters was the first provincial art movement in Britain.
The painters were inspired by the natural beauty of the Norfolk landscape and reflected a realism based on direct observation.
A departure from the classical style of landscape painting, they were influenced stylistically by the Dutch painters of the 17th Century.
The society was founded in 1803 and from 1805 until 1833 held annual exhibitions of work in Norwich.
Other members of the movement included John Joseph Cotman and Joseph and Emily Stannard, parents of Eloise.
Eloise Harriet Stannard was born in 1829 and died in 1915.

The auction took place at Keys auction house in Aylsham on Friday, 12 March 2010.



domingo, 24 de abril de 2016

Salvador Novo - La Diegada
En los 80s  durante  una entrevista a el Maestro Federico Cantú (1907-1989)
Surgió la pregunta - Maestro Cantú cual es su opinión respecto a la obra de Rivera?

-Mire conocí a Diego y tuve la oportunidad de ser uno de sus achichincles, en la época en que pintaba los murales de la SEP- Lo que es increíble es que Frida sea mas conocida que el  y creo que en eso tuvo mucho que ver  Salvador Novo
con toda esa carga de la Diegada!.




Federico Cantú ( Atelier 1973)






Muchos años después, durante una entrevista a Lupe Rivera , le pregunte “Doctora Rivera a que se referían con el tema de la Diegada?”

Me dijo – Mire Cantú, cuando yo era pequeña, en casa de mis padres coexistían dos grupos, uno de intelectuales muy amigos de mi madre y otro antagónico de comunistas y pintores cercanos a mi padre, resulta que un dia llega mi Padre y avienta el periódico diciendo "mira nada mas lo que esta haciendo tu madre", el se refería a toda esa serie de publicaciones difamatorias que Novo se encargo de publicar en torno a todo lo que mi madre( Lupe Marín )  le había contado respecto a la aventuras amorosas de mi padre.



Diego Rivera y Lupe ( 1925-26 )


Sonetos a Diego por Salvador Novo

La Diegada

Rafael querido, tu “Canto a Rivera”
porque decoró la sede de Cortés,
huele a mejor ana que la primavera
indiana que llega postrada a tus pies.
Pues ya sus cosechas hasta Cuernavaca
llenaron paredes con arte de ley,
celébrenlo todos, que en limpio se saca
que cuerna la vaca mientras pinta el buey.
A inmortalizarlo, tímido, me llego;
seremos en ello, padrinos, compadres.
Digamos su vida: llámaronle Diego
porque es de San Diego —pero de los Padres.
A veces suspira con hondas saudades
en su edad de oro por su edad de hierro
y mira el pasado, y en sus mocedades
ve cerro tan sólo, ve cerro tras cerro.
El genio en su frente brotaba pujante,
gallardo y enhiesto en forma de agujas; 
pasó por Lovaina, detúvose en Gante
y puso pinceles al Puente de Brujas.
Por rara ocurrencia e insólito caso
en las novilladas del arte, el pintor
tropieza en el coso con Pablo Picasso
que en él se ejercita como picador.
Regresa oportuno con buena contrata
en la temporada del diestro Pepete;
danle el anfiteatro, del cual se si trata
recluta, retreta, retrata y retrete.
De Nueva Galicia con fresca Gorgona
—el traje de jockey, la voz de sargento,
modelo en el muro, tumulto en la zona—,
monstruoso celebra el carnal juntamiento.
Las furias asombra tamaño conjuro,
que aquél cuya panza tomaron por frente
no puede ante el muro lograr ponteduro
con mano que empuña pincel deficiente.
Catástrofe horrible que nada consuela;
deplórenlo todos por la Guada Lupe;
del pobre Juan Diego no prende la vela
y en seco se proyecta lo poco que escupe.
Subió la escalera. Y opina la gente
que nunca su genio más alto voló.
(Lo dijo Aristótil, varón omnisciente,
ya puede que sí, ya puede que no.)
Yo pongo en  veremos el caso dudoso,
pues no me parece bastante probado;
¿Volar, Aristótil? Pues ¿no hay en el coso
muchísimas veces un toro embolado?
Portento cornátil, la gente de Rusia
el grave le enseña pendón colorado.
Acude al reclamo, las patas se ensucia,
le cortan la oreja y el rabo colgado.
La estrella que roja sus rayos aduce,
la estrella que manda los ricos al diablo,
al astro leníneo, lumínico luce
allí donde siente calores de establo.
Aprende en la estepa las cosas que sepa:
de quien las trabaje son tierra y mujer.
¡Que cuanto le quepa se meta en la pepa,
pues él no la puede por cable joder!
Complazca en su ausencia su lóbrego abismo,
procure su esquila constante repique:
¡Salud, camaradas! ¡Esto es comunismo!
¡Dejádmela buena para el bolchevique!
Un crítico grácil, esbelto y albino,
de lánguido talle, los ojos asoma;
el diestro, siniestro, y el vuelo ladino
como una paloma.
Dejemos a Diego que Rusia registre,
dejemos a Diego que el dedo se chupe,
vengamos a Jorge, que lápiz en ristre,
en tanto, ministre sus jugos a Lupe.
Repudia a la vaca jalisca y rabida
la deja en mano del crítico ralo
y va y le echa un palao a una que se Kahlo
apellida y se llama —cojitranca Frida.

 Diego y Frida 1931

Su suerte cambiaron clarines famosos,
la gente a su paso se pone en cuclillas,
espera medallas, y aquellos tramposos
en cambio le quieren poner banderillas.
No tienen razón los que se violentan
antes de sus estampas, y dícenle agravios;
si cara de idiotas sus monos ostentan,
es que le disgusta pintar monosabios.
Regresa este genio grande entre los grandes,
tiene conquistada su gloria mejor.
Puso nuestra patria una pica en Flanbes
—y otra le pusieron a nuestro pintor.
Hacia California, la Meca del cine,
sus pasos dirige en fecha nefasta
porque nadie piense ni nadie imagine
que él no es el primero que como cine-asta.
Allí los apuros para el desayuno,
que cuando su esposa pedía hot-cakes,
él, baja la testa, pedía el muy tuno
crujientes y frescos platos de corn-flakes.
Volvió —de la gloria más alta en la cima—
de Estados Unidos a fines de Abril.
Le dieron los yanquis, la tierra y el clima
los ímpetos nuevos de un Búfalo Vil.
La buena costumbre se aprende en la escuela,
y aquella porcancia nutrida de ordure,
ya diario se baña, seguido se pela,
y cada semana se da cornicure.
Del año en la fértil saison esplendente
—mentido de Europa raptor, como dice
don Luis el de Argote—, la luna en la frente
se afirma en los patrios terrenos que pise.
Hasta sus rascacielos enorme y derecho
lleva sus pinceles el hijo de puta.
Nueva York se asombra, porque se ejecuta
por la vez primera El buey sobre el techo.
La plaza de toros no es como el estadio
y este buey no puede dar la vuelta al ruedo.
Su estampa disgusta, y a modo de pedo
nos lo reentorila la Ciudad del Radio.
Sonetos a Diego
La diestra mano sin querer ha herido
el berrendo del muro decorado,
y por primera vez tiene vendado
lo que antes tuvo nada más vendido.
Un suceso espantable es lo ocurrido;
descendió del andamio tan cansado,
que al granero se fue, soltó un mugido
y púsose a roncar aletargado.
Y una mosca inexperta e inocente,
aficionada a mierda y a pantano,
vino a revolotear sobre su frente.
Despertó de su sueño soberano
y al querer aplastar —¡hado inclemente!—
se empitonó la palma de la mano.
Cuando no quede muro sin tu huella,
recinto ni salón sin tu pintura,
exposición que escape a tu censura,
libro sin tu martillo ni tu estrella,
dejarás las ciudades por aquella
suave, serena, mágica dulzura,
que el rastrojo te ofrece en su verdura
y en sus hojas la alfalfa que descuella.
Retirarás al campo tu cordura,
y allí te mostrará la naturaleza
un oficio mejor que la pintura.
Dispón del viaje ya. La lluvia empieza.
Tórnese tu agrarismo agricultura,
que ya puedes arar con la cabeza.
Marchóse a Rusia el genio pintoresco
a sus hijas dejando —si podría
hijas llamar a quienes son grotesco
engendro de hipopótamo y harpía.
Ella necesitaba su refresco
y para procurárselo pedía
que le repiquetearan el gregüesco,
con dedo, poste, plátano o bujía.
Simbólicos tamales obsequiaba
en la cursi semanaria fiesta,
y en lúbricos deseos se desmayaba.
Pero bien pronto, al comprender que esta
consolación estéril resultaba,
le agarró la palabra a Jorge Cuesta.
Pues Tina y Cuba sirven de trinchera
para huir de la cólera de Cuba,
Cuba a Tina cortó la regadera
de modo que ya no hay quien se le suba.
Se agotaron las flechas de su aljuba.
Su vida terminó perecedera,
y lo llora la turba arrabalera
que comunismos pútridos incuba.
Y diego, el comunista distinguido,
que maneja el pincel ultramoderno
y que es tan buen pintor como marido,
por el largo desfile hacia el infierno,
en homenaje al desaparecido,
aporta una corona en cada cuerno.
Pues la revolución todo lo premia
con aproximaciones y reintegros,
y la cena fatídica de negros
está por terminar, y el tiempo apremia,
nombraron director de la Academia,
a quien cambió una madre por dos suegros,
a quien con sus pinceles pelinegros
la pintura mural hizo epidemia.
Y hallando en mal estado el edificio,
lleno de cuarteaduras de plastas,
púsose a meditar, con sano juicio.
Y le dijo al rector: “Aquí no gastas,
que voy a aprovecharte mi oficio.”
Y apuntaló los techos —con las astas.
Ya no nos pintes más hoz y martillo
ni mezcles agristas con obrero;
guarde ya tu pincel aventurero
el depósito fiel de tu fundillo.
Ilustrados falaz del Laborillo,
vete por el camino verdadero,
y acude al que te atañe lastimero
virgiliano llamar del caramillo.
Luciente honor del cielo, y cuando vayas
a las exposiciones en que brillas,
paces, muges, decoras y atalayas,
los jurados harán, gente sencillas,
que te impongan en vez de medallas
unas decorativas banderillas.
El berrendo mural, Tauro eminente,
becerro babilonio, Apis moderno,
lleves coyando, riendas y pesante:
Simile mostro visto ancor non fue.
Tus hermanos, uncidos al dorado
carro, te abandonaron en el monte,
perdido todos, sólo tú ganando.
Míralos trasponer el horizonte;
quizá traigan el paso fatigado,
Ma le quattro un sol corno avean per fronte.
Querido Rafael, ese soneto
cuyo motivo sobrecoge y pasma,
me ha llenado de envidia pecho y asma,
como dará valor al cornupeto.
Tanto admiráis estampa en el sujeto
sujeto, digo bien—, que su fantasma
hace que me levante de la casma
y que venga a confiaros un escreto.
Téngole envidia y miedo, y aturdido,
ni al revés sé si escribo ni al derecho,
y es mi mayor tortura y mi cuidido;
donde el lápiz grabó, “pase despecho”,
que un celoso tipógrafo entendido,
me vaya a corregir “pases de pecho”.
Un buey cansado, sucesor del Giutto,
enchicagó su carne enlatecida,
en andamios trepó, y en la Avenida
Quinta de Nueva York hizo alboroto.
Vacío de criadillas el escroto,
su mierda se borró porque despida
estableril aroma, y en su huida
se vino a hacer revistas para Soto.
A San Ángel volvióse con la mica
de su pinche mujer, porque lo arrope
y le prevenga alfalfa y bacinica.
Y ansioso de embestir, salta al galope
y con otros cornélidos publica
una revista que se llama El tope.

jueves, 21 de abril de 2016

F. LEGER.


‘F. LEGER.

La parade sur fond jaune  Christies 2016.




stamped with signature ‘F. LEGER.’ (lower right); stamped again with signature ‘F. LEGER.’ (on the reverse)
gouache and brush and India ink on paper 23x28¡in.(58.4x72cm.)

Painted circa 1950 $500,000-800,000
PROVENANCE:
Estate of the artist.
Thomas Gibson Fine Art, New York.
Acquired from the above by the present owner, by 1972.

LITERATURE:
J. Cassou and J. Leymarie, Fernand Léger: Drawings and Gouaches, London, 972, pp.198-199, no. 297 (illustrated in color, p. 198).







The circus parade–the street-side show advertising the attractions of the “big top” within–begins. “The instruments are making as much noise as they can,” Léger declared in his preface to the print folio Le Cirque, 1950. “All this hullabaloo is projected from a raised platform. It hits you right in the face, right in the chest. It’s a magic spell. Behind, beside, in front, appearing and disappearing—faces, limbs, dancers, clowns ...the acrobat who walks on his hands, and that music ...makes all those faces with staring eyes approach, become caught, and climb up the steps that lead them to the ticket booth, and on with the music! And it begins again to swallow up the undecided... Go in and look around ...magic for four pennies; undoubtedly something will happen. The Future as old as the world” (E.F. Fry, ed., Fernand Léger: Functions of Painting, New York, 1973, pp. 175 and 176).






Léger made the circus a signature theme, a thread that runs through his oeuvre from start to fnish. In a series of seven paintings done in 1918 (Bauquier, nos. 108-114), he depicted the Cirque Médrano of Montmartre, which Degas, Renoir, Seurat, Lautrec, Picasso, van Dongen, and Chagall had featured in their art. The circus became for Léger the epitome of the modern spectacle and grand public entertainment; he believed le cirque to be, moreover, a genuine art of the people,




El circo desfile-espectáculo de la calle del lado publicidad de los atractivos de la "gran carpa" dentro-empieza. "Los instrumentos están haciendo tanto ruido como puedan", Léger declaró en su prefacio al folio de impresión Le Cirque, 1950. "Todo esto algarabía se proyecta desde una plataforma elevada. Que te golpea en la cara, justo en el pecho. Sus un hechizo mágico. Por detrás, al lado, delante, apareciendo y desapareciendo-rostros, extremidades, bailarines, payasos ... el acróbata que camina sobre sus manos, y que la música ... hace que todas esas caras con ojos mirando enfoque, quedar atrapada, y subir los pasos que les llevan a la taquilla, y seguir con la música! Y comienza de nuevo para tragarse a los indecisos ... Entra y mirar a su alrededor ... mágica para cuatro peniques; sin duda, algo va a pasar. El futuro tan antiguo como el mundo "(E. F. Fry, ed, Fernand Léger:. Funciones de Pintura, Nueva York, 1973, pp 175 y 176.).
Léger hizo el circo un tema de firma, un hilo que corre a través de su obra de principio a fin. En una serie de siete pinturas realizadas en 1918 (Bauquier, nn. 108-114), que representa el circo Medrano de Montmartre, que Degas, Renoir, Seurat, Lautrec, Picasso, Van Dongen, y Chagall había aparecido en su arte. El circo se convirtió para Léger el epítome del espectáculo moderno y de gran entretenimiento público; que creía que le cirque ser, por otra parte, un arte genuino de la gente,
a living tradition that was quintessentially French. Following the end of the Second World War, when Léger returned to Paris from his exile in America to take part in the rebuilding of his country, he was again drawn to the circus as an expression of national pride. The Cirque Médrano was still open, and remained an apt symbol of popular esprit and joie de vivre, embodying the nation’s desire to aspire and excel in the face of daunting post-war challenges, while enjoying a return to peacetime diversions.
By the beginning of the 1950s the circus theme had come to dominate Léger’s
art. Tériade published Le Cirque, a magnifcent folio of 34 color and 29 black-and- white lithographs, in 1950 (Saphire, nos. 44-106). A compendium of Léger’s circus subjects, past and present, Le Cirque inspired many oil paintings and studies on paper to come. The present gouache is closely related to Étude pour ‘La grande parade’, 1953 (Hansma and du Prey, no. 1530), completed soon after Léger painted La grande parade, 1er état (no. 1517). The circus theme culminated in the crowning work of the artist’s career, La grande parade, état défnitif, completed in 1954
(no. 1591). The pair of dancing girls, accompanied by the clown on a banjo—but without the acrobat—appears at left of center in both versions of the mural.


una tradición viva que era esencialmente francés. Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando Léger volvió a París desde su exilio en Estados Unidos para participar en la reconstrucción de su país, fue nuevamente atraído por el circo como una expresión de orgullo nacional. El Circo Medrano todavía abierto, y sigue siendo un símbolo apropiado del espíritu popular y la alegría de vivir, que encarna la voluntad de la nación para aspirar y sobresalir en la cara a los desafíos de la posguerra de enormes proporciones, mientras disfruta de un retorno a las desviaciones en tiempo de paz.
A principios de la década de 1950 el tema del circo había llegado a dominar Léger de


arte. Tériade publicó Le Cirque, un magnífico folio de 34 colores y 29 litografías en blanco, negro y color , en 1950 (Saphire, núms. 44 a 106). Un compendio de temas de circo de Léger, pasadas y presentes, Le Cirque inspiró muchas pinturas al óleo y los estudios sobre el papel de venir. La presente aguada está estrechamente relacionado con Etude vierta 'La grande desfile, 1953 (Hansma y du presa, no. 1530), terminado poco después de Léger pintó La grande desfile, Estado 1er (n. ° 1517). El tema del circo culminó con la corona de la carrera del artista, La grande desfile, défnitif de Estado, terminado en 1954

Christies 2016.





(N. ° 1591). El par de bailarinas, acompañado por el payaso en un banjo, pero sin el acróbata aparece a la izquierda del centro en las dos versiones del mural.
En esta publicación presentamos 4 de las obras litográficas de  Léger  pertenecientes a la Colección Cantú Y de Teresa