martes, 20 de diciembre de 2016

José Clemente Orozco en la Colección de Arte Cantú Y de Teresa

En el sótano de una casona porfiriana ubicada en Abraham González, en la colonia Juárez, y con apenas unas cuantas pinturas, la Galería de Arte Mexicano (GAM) abrió sus puertas como un experimento que bien aprovechó el incipiente mercado para convertirse en una suerte de refugio de los artistas modernos. Fue el 7 de marzo de 1935, hace ocho décadas, cuando inició con óleos de Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo,Dr Atl y Federico Cantú.....







Su exposición inaugural la integraron Dr. Atl, Angelina Beloff, Federico Cantú, Luis Ortiz Monasterio, Miguel Covarrubias, Francisco Díaz de León, Manuel Rodríguez Lozano, Rufino Tamayo, Alfredo Zalce quienes confiaron su obra en manos de Carolina Amor, fundadora de la galería quien apenas cuatro meses después la heredó a su hermana Inés.
Antes del nacimiento de la GAM existieron dos proyectos de galería en la ciudad; primero el espacio de Emilio Amero, maestro litógrafo, quien ocupó un local en la calle Orizaba en 1932 pero cerró casi enseguida. También en la tienda de decoración de Eduardo Méndez, ubicada en el Centro, se exhibía y vendía obra sin mayor éxito; finalmente Alberto Misrachi abrió una librería y ofrecía pintura de artistas mexicanos e internacionales.
“Inés empieza a conocer a muchos coleccionistas, a directores de museos internacionales y curadores, y también tuvo la suerte de que ellos empiezan a ver a México luego de la guerra en Europa, fue cuando Estados Unido voltea a México y miles de coleccionistas se vuelcan hacia los artistas mexicanos”
Esta primera e intensa fase de aprendizaje de la galerista concluyó hacia 1938
cuando, a decir de José Clemente Orozco, Amor tasó en precios “justos” un lote
de piezas que el artista le entregara para su venta; asignar valores “adecuados”
Colocada en un especial nicho de poder, la figura de Inés Amor se distingue
por su compromiso con el arte y la cultura de su presente, por su responsabilidad
social empresarial, por su convicción de que el arte mexicano debía ocupar un lugar
destacado dentro del panorama universal; a ello se dedicó, si bien sus prácticas
de poder fácilmente puedan ubicarse dentro del desempeño autocrático que se
atribuye a toda emperatriz. La simbiosis entre institución comercial-cultural y su
personalidad pública la resumió con una declaración de conocidas evocaciones
absolutistas: “la galería soy yo”





José Clemente Ángel Orozco Flores (Zapotlán (hoy Ciudad Guzmán), Jalisco, 23 de noviembre de 1883 - Ciudad de México, 7 de septiembre de 1949) fue un muralista y litógrafo mexicano. Graduado en la Escuela Nacional de Agricultura, estudió más tarde matemáticas y dibujo arquitectónico.
De niño conoció la obra de José Guadalupe Posada, cuyos grabados lo llevaron a interesarse por la pintura. Estuvo casado con Margarita Valladares con quien tuvo 3 hijos. Sus primeros trabajos consistieron en litografías de la vida indígena; interesado en la pintura mural, logró posteriormente un perfecto dominio de su técnica.1
Hizo su primera exposición individual en la librería Biblos de Ciudad de México en 1916. Al año siguiente viajó por los Estados Unidos y vivió en San Francisco y en Nueva York pintando carteles; pintó también murales para el Colegio Pomona de California, para el Dartmouth College y la New School for Social Research de Nueva York; en la decoración de esta última, realizó un verdadero fresco, pues pintó sobre yeso húmedo; fue la primera de este tipo que se hizo en Nueva York.
En el año 1922 se unió a Diego Rivera y a David Alfaro Siqueiros en el sindicato de pintores y escultores, intentando recuperar el arte de la pintura mural bajo el patrocinio del gobierno. En 1926 por encargo de la Secretaria de Educación, pinta en la ciudad de Orizaba, el mural Reconstrucción en el edificio que actualmente ocupa el Palacio Municipal.
En el lapso que va de 1941 a 1944 Orozco se dedica a la pintura de caballete y a otra gran obra mural en la bóveda y los muros del coro de la antigua iglesia de Jesús Nazareno (1942-44). Las ideas que plasma ahí se relacionan con el Apocalipsis. En 1943, fue miembro fundador de El Colegio Nacional.
Hacia el año 1946, integró junto con Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, la comisión de Pintura Mural del Instituto Nacional de Bellas Artes. En este año recibió el Premio Nacional de Bellas Artes de México.4 En 1947 expuso en el Palacio de Bellas Artes. De regreso en Guadalajara se le encarga la pintura del techo de la Cámara Legislativa (1948-49). El tema desarrollado se relaciona con la legislación revolucionaria mexicana y el decreto que en este lugar promulgó Hidalgo la abolición de la esclavitud. La figura central es Hidalgo, más sereno y pensativo que el de la escalera de Palacio. Con esta última obra concluye su labor de muralista. Así cierra su ciclo, en el que predomina, más que la preocupación épico-histórica, la visión cualitativa del drama humano. Murió el 7 de septiembre de 1949 en la Ciudad de México, mientras trabajaba en los primeros trazos de un mural en el edificio multifamiliar Miguel Alemán. Fue sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres, en la Ciudad de México



Autorretrato
José Clemente Orozco
Grafica- Impresión Taller de la Grafica Popular
Colección de Arte Cantú Y de Teresa
Adolfo Cantú
Colección de Arte Cantú Y de Teresa
Albacea de la Sucesión Testamentaria Federico Cantú Garza
Presidente del Fideicomiso Museo Casa Estudio F Cantú & Elsa E de Cantú
Miembro del Consejo del Patrimonio Cultural de la UANL
Vicepresidente de la Global Solidarity SEGOB

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